
La demencia afecta muchas áreas de la vida cotidiana, pero uno de los desafíos más grandes —y muchas veces doloroso para las familias— es la comunicación. Cuando un ser querido comienza a tener dificultades para expresarse, entendernos o seguir una conversación, es común sentir frustración, tristeza o confusión.
Sin embargo, aprender cómo comunicarse con una persona con demencia puede marcar una gran diferencia en su bienestar y en la calidad del vínculo. Con paciencia, atención y algunos cambios en la forma de hablar, es posible mantener una conexión emocional significativa, incluso en las etapas más avanzadas.
¿Por qué es importante una buena comunicación?
La comunicación no solo sirve para intercambiar información. También es una forma de expresar afecto, validar emociones y fortalecer el vínculo con nuestros seres queridos. En personas con demencia, mantener una comunicación cálida y comprensiva puede reducir la ansiedad, mejorar su estado de ánimo y prevenir episodios de agitación.
Además, cuando nos comunicamos con respeto y claridad, les damos seguridad. Aunque las palabras puedan olvidarse, las emociones que generamos en ellas perduran.
7 consejos prácticos para comunicarse mejor
Aquí compartimos una serie de recomendaciones simples pero efectivas para facilitar la interacción diaria. No se trata de seguir reglas estrictas, sino de adaptar nuestra forma de hablar con amor y comprensión.
1. Hablá despacio y con claridad
Usá un tono de voz suave, pausado y articulá bien cada palabra. Evitá hablar demasiado rápido o entre dientes. A veces, una frase clara dicha con calma tiene más impacto que una explicación larga.
2. Usá frases cortas y simples
Las oraciones complejas o muy largas pueden generar confusión. Lo ideal es transmitir una idea por vez. En lugar de decir: “¿Querés que preparemos algo de comer o preferís salir a caminar un rato y después merendar afuera?”, probá con: “¿Querés comer algo ahora?”
3. Eliminá distracciones antes de iniciar la conversación
Antes de hablar, asegurate de que la persona esté prestando atención. Tocá suavemente su brazo, mirala a los ojos y llamala por su nombre. Es recomendable apagar la televisión o bajar el volumen de la radio, para evitar ruidos que puedan desorientarla.
4. Cambiá de tema si notás que se bloquea
A veces, la persona puede sentirse incómoda al no encontrar las palabras o no recordar lo que quería decir. Si notás que se traba o se frustra, no insistas. Cambiar de tema con amabilidad puede aliviar la tensión y evitar que se angustie.
5. Hacelo parte de la charla
Aunque no responda como antes o parezca desconectado, incluilo en las conversaciones familiares. Miralo, dirigite a él o ella, preguntale cosas sencillas. Hacerlo sentir parte del grupo refuerza su autoestima y lo ayuda a mantenerse conectado con su entorno.
6. Evitá las frases negativas
Expresiones como “no hagas eso”, “te dije mil veces” o “eso está mal” suelen generar más confusión o resistencia. En cambio, es mejor guiar con frases afirmativas: “Vamos por acá”, “Mejor usá este abrigo”, “Hacelo despacito, yo te ayudo”.
El lenguaje positivo transmite contención y evita discusiones innecesarias.
7. Nunca uses un tono infantil o condescendiente
Hablarle como si fuera un niño o usar diminutivos exagerados puede herir su dignidad, incluso si no lo expresa. Recordá que, aunque su memoria falle, sigue siendo un adulto con historia, emociones y derechos. Mantené un trato respetuoso, cálido y empático.

La paciencia: el pilar fundamental
Si hay una actitud clave para comunicarse con una persona con demencia, es la paciencia. Habrá momentos en los que repita lo mismo varias veces, no entienda lo que le decís o se enoje sin motivo aparente. En esas situaciones, respirar profundo y evitar reaccionar de forma impulsiva puede ayudar mucho.
Recordá que su comportamiento no es personal. Es producto de una enfermedad que afecta el cerebro, no de una elección consciente.
Ser paciente no significa resignarse ni cargar con todo en silencio. También implica pedir ayuda cuando se necesita, hablar con profesionales y buscar redes de apoyo.
Conclusión: acompañar desde el respeto y la empatía
Saber cómo comunicarse con una persona con demencia es una herramienta que mejora no solo su calidad de vida, sino también la nuestra como cuidadores o familiares. No siempre será fácil, pero cada pequeño gesto cuenta.
Mirar a los ojos, hablar con calma, escuchar sin juzgar y abrazar con ternura son formas de seguir diciendo “te quiero”, incluso cuando las palabras empiezan a faltar.
En The Senior Home acompañamos a las familias en este camino, con un enfoque humano, profesional y respetuoso. Porque cada persona merece ser escuchada, comprendida y tratada con amor.